sábado, 14 de diciembre de 2013

Al grito de... ¡¡Cochinos!!

     La evolución y conformación de la sociedad vinculada al municipio de Ingenio, encuentra su identificación directa y su propia tradición en la agricultura y la ganadería como medio de subsistencia. Labranzas con vacas, cabras, animales de carga o aves de corral proliferaban por toda la geografía en el ámbito rural. Es por ello que, no pueden faltar sin duda alguna, las unidades agrícolas, los cochinos estabulados en sus correspondientes chiqueros y su alimentación basada en lo que se conoce como "fregaduras", una especie de mezcla de sobras de la comida casera con desechos de hierbas, piñas, frutas como higos o tunos e incluso raciones de millo para su engorde. La gran parte de las familias, aún no siendo labradores, tenían su propio chiquero o "cochina" como solían llamar al animal principal de esos recintos, para criar y así de paso aprovechar los beneficios de la venta de esos animales para mantener un poco mejor la economía familiar de esos momentos.

     Las crías o "lechones", cuando ya contaban con cuarenta días aproximadamente, eran vendidos a lo que se conocía como "cochineros", los que desempeñaban este curioso oficio. Los machos eran algo más caros aunque se les castraba previamente. Una vez hecho el trato, siempre de palabra, pero siempre respetado por ambas partes, los cochineros se lanzaban a las diversas y múltiples rutas que conocían en la propia isla. Normalmente, estos hombres tenían cada uno un itinerario ya más o menos definido y respetaban el itinerario del resto. 

     Se desplazaban generalmente en burro, cargados en serones y llevando consigo la "preciada" mercancía. Su grito característico respondía a una sencilla palabra: "¡Cochinos!" que retumbaba por muchos rincones de la isla. Era un sello inconfundible y se les conocía como "los cochineros del Ingenio", un sello de identidad que, con el paso del tiempo, al igual que la propia profesión, han ido desapareciendo. No obstante, muchos de los habitantes de dicho municipio, aún recuerdan a algún antiguo familiar, bisabuelo o abuelo que se dedicaba a ello. A día de hoy, también se conserva una forma peculiar de conocer a los habitantes de Ingenio, que aunque parezca peyorativa, casi se ha convertido en algún bastante cotidiano, muchos se refieren a ellos como directamente "los cochineros".

     En cuanto a las cochinas que no pudiesen criar más, o a los cochinos de engorde, éstos eran vendidos a marchantes que detallaban su carne en la lonja municipal o eran sacrificados por sus dueños que luego vendían la carne a conocidos o familiares para aprovechar de esa forma todo lo que pudieran, productos como el tocino que se salaba en barricas, las morcillas o los chorizos e incluso las gualdrapas que eran tratadas con gofio para elaborar los deliciosos chicharrones.

     He decidido dedicar esta entrada a esta antigua profesión, bastante conocida en Ingenio pero que, a día de hoy, se va olvidando cada vez un poquito más, porque yo misma tengo en mi familia antepasados que se dedicaban a este oficio. Mi bisabuelo por parte materna estuvo casi toda su vida dedicándose a la venta de lechones y recorrió muchísimas partes de la isla únicamente acompañado por su burro, por lo que a veces se me hace raro que mucha gente conozca a la población de Ingenio como "cochineros" pero luego no sepa realmente de dónde viene dicha denominación.

     Creo que como tantos otros oficios ya extintos o casi desaparecidos de nuestra tradición, merece ser recordado y tenido en consideración como parte de nuestro patrimonio inmaterial que aún sigue presente en la memoria de muchos pero que, a este paso, podría perderse por completo.

Escultura de un cochinero.

Añado algunas citas que me parecieron bastante interesantes respecto a este tema:

“Que acercándose como se acerca el día de nuestra patrona y Señora la Virgen de la Candelaria, se le haga saber a todos los vecinos que deben sujetar todos los cochinos que sueltos los tengan y de lo contrario pagar las multas por ley”(Bando del Alcalde, 1836).

“El Ingenio es un pueblo extraordinariamente trabajador, hacen escobas, esteras serones, espuertas; crían cochinillos con tal esmero que su arte les permite ir por toda la isla, por los más apartados rincones a venderlos sacando de ellos gran provecho y ganancia” (Luis Morote, 1909).

“…Famosos “chanchos” de Ingenio que sin pasarse de grasas dan unas carnes magras que son el contento de los que entienden de esto…” (Prensa, 1957).



Código QR.

Código QR junto a la placa.


Gif de la escultura.

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